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“El poder de la determinación”
“Ser auténticos”
“Las personas vitamina”
“El poder de la determinación”
Autor: Inés Temple
Publicado en El Comercio 20/05/2023.
Una de las cosas que me cuesta mucho hacer son las caminatas en el campo. A raíz de un accidente de auto que tuve hace más de 20 años, mi tobillo derecho se dañó y necesito levantarlo para caminar apropiadamente. Ya imaginarán el reto de caminar en terrenos agrestes.
Hace unos meses hicimos una expedición con un grupo de personas interesantes, pero yo no sabía de antemano que incluiría tantas caminatas. Ya estando allí acepté el reto y me puse a andar con paciencia y buen humor, resignada a llegar siempre al final de la cola, con pena de demorar al grupo y sentir dolor al final de cada paseo, pero feliz de vivir esas experiencias.
Lo que definitivamente no sabía es que todas esas caminatas eran la preparación para la excursión final a un templo en la cima de una montaña, un camino de tres horas de ida y tres de regreso. Ya estaba decidida a no participar, puesto que de ninguna manera lograría llegar y menos bajar por esos caminos al borde de precipicios, resbaladizos por la lluvia ligera que no paraba de caer. Tenía ya mi plan alternativo hecho para mientras los demás hacían la hazaña de subir..
La noche anterior me llamó una de mis hijas y se sorprendió mucho porque yo no pensaba subir a ese lugar tan famoso y conocido por su belleza y valor cultural. “¿No tratarás siquiera mamá?”, me preguntó, “¿has viajado hasta allá para no intentarlo y tirar la toalla antes de empezar? Me sorprende de ti, esa no eres tú. Dale, tú puedes – me dijo entusiasta-, por lo menos trata”.
Sus palabras cambiaron algo dentro de mí. Desperté la mañana siguiente determinada a conocer ese templo, a hacer mi mejor esfuerzo y a realizar todo el trayecto a pie (ni siquiera a lomo de mula como muchos otros). La fuerza de mi determinación me sorprendió a mí misma, pero recordé experiencias pasadas donde también sentí esa fuerza arrasadora. Con nuevos bríos, supe que llegaría a la cima de la montaña.
No les voy a decir que fue fácil llegar ni les voy a contar las mil peripecias de la subida y peor de la bajada, con perdida y todo, ya casi a oscuras, pero sí les puedo contar que ese fuego interno que se prende dentro de uno cuando decidimos realmente lograr algo, nos hace fuertes decididos y hasta casi invencibles, me atrevería a decir. Lo hemos vivido todos cuando logramos despertar el poder de nuestra determinación. A veces es alguien quien nos motiva o anima a recordar nuestra fuerza interior – como lo hizo mi hija – y otras veces, es la necesidad o la responsabilidad por otros. Pero, una vez encendido, somos imparables.
La experiencia de recordar ese poder ha sido muy importante para animarme a retomar metas abandonadas y sueños olvidados. Para recordar que uno siempre logra lo que realmente se propone, si le pone pasión, fuerza, coraje, disciplina y mucho punche. Lo valioso cuesta mucho esfuerzo, pero nuestros sueños y aspiraciones están ahí, delante de nosotros, listos para que salgamos a su encuentro con la fuerza de nuestra determinación. ¡Vamos por ellos!
Fuente:
https://www.inestemple.com/es/2023/05/el-poder-de-la-determinacion/
“Ser auténticos”
Autor: Axel Piskulic.
Estos dos videos parecen haber sido realizados por personas que tenían algo muy personal que expresar y que sentían verdadero amor por lo que estaban haciendo:
Traducción de las frases que aparecen en el video: LÁGRIMAS DE GIULIETTA – «En el comienzo estaba la Naturaleza… Entonces algo sucedió… y se hizo más grande… y más grande. Trataron de coexistir… pero no fue tan fácil. Deja tu auto… planta un árbol. Detengamos el calentamiento global… Disfruta la Naturaleza!»
Perdón por la siguiente reflexión tan obvia y ordinaria, sobre todo después de estos videos tan delicados:
El acto de rascarse no tendría ningún sentido si lo hiciéramos cuando otras personas nos lo ordenaran y en un lugar cualquiera de nuestro cuerpo en el que nos indicaran hacerlo.
Está claro que la acción de rascarse sólo tiene sentido si la llevamos a cabo cuando es necesaria (muchas veces urgente!) y en ese exacto lugar que sólo nosotros podemos precisar.
Salvando las debidas distancias, algo parecido podría decirse de cualquier cosa que hagamos, incluso de actividades muy importantes de nuestras vidas: algunas las realizamos mecánicamente, por obligación, sin estar realmente interesados o comprometidos, y otras, por el contrario, las llevamos a cabo con verdadera pasión, porque son una expresión auténtica de aquello que surge espontáneamente de lo más profundo de nuestro Ser.
Vale la pena reflexionar acerca del sentido que tiene continuar con algunas de esas actividades que todavía hacemos por obligación…
En las grandes historias de la literatura o el cine, los protagonistas muchas veces enfrentan todo tipo de dificultades para poder finalmente alcanzar aquello que tanto anhelan. Nada habría de interesante en la historia de Romeo y Julieta, si ellos hubieran obedecido el mandato que les imponían sus familias. Y ningún niño encontraría encanto en la historia de Cenicienta si ella hubiera aceptado dócilmente el destino que le reservaba su madrastra.
La calidad de nuestro trabajo
Hace algunos años, en medio de una crisis personal, tuve la idea de hacer mi propio sitio web. Lo que comenzó por simple curiosidad fue interesándome cada vez más y despertando en mí algunos talentos que no sabía que tenía.
Ser auténticos no significa ser perfectos ni «maravillosos» ni nada por el estilo. Sólo es expresar a través de nuestras acciones lo que realmente sentimos y pensamos. Y cuando trabajamos con pasión, poniendo toda nuestra energía en aquello que más nos gusta hacer, obtenemos los mejores resultados.
Está claro que este sitio web no es precisamente el mejor de todos los que hay en Internet, pero sí sé que es el mejor sitio que yo puedo hacer, que es lo mejor que tengo para ofrecer.
Axel Piskulic
Fuente: www.amarseaunomismo.com/ser-autenticos/
“Las personas vitamina”
Autor: Marian Rojas.
Marian Rojas: «Las ‘personas vitamina’ disfrutan de tus alegrías incluso más que tú mismo»
Hay gente que nos alegra la vida, nos anima a reír y aporta serenidad. Otros, sin embargo, nos hacen enfermar solo con pensar en ellos. Son las personas vitamina o las que nos intoxican. De ellas habla esta experta en salud mental
Marian Rojas Estapé trabaja en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas LUPE DE LA VALLINA
Seguro que hay personas que le hacen la vida más fácil. Que con solo pensar en ellas se esboza una sonrisa en su cara. Son hombres y mujeres, adultos o niños por los que no se siente juzgado sino comprendido y escuchado. Y que siempre tienen tiempo para usted. Por el contrario, hay otra gente que nos intoxica únicamente con su presencia y, mucho más, con sus palabras, gestos o silencios. ¿Y a qué se deben estas situaciones? Pues, sobre todo, a la química de nuestro organismo. Y a dos hormonas: la oxitocina, que genera el apego, y el cortisol, que se activa en momento de estrés y amenaza. Sobre estas dos hormonas y sobre las personas ‘vitamina’ y las ‘tóxicas’ habla la psiquiatra Marian Rojas en su último libro, Encuentra tu persona vitamina. En la familia, en la pareja, en los amigos, en el trabajo (Editorial Espasa, 19,90 euros). Licenciada en Medicina por la Universidad de Navarra, hija y nieta de psiquiatras (su padre es el conocido especialista Enrique Rojas), Marian Rojas se erige actualmente como la autora de no ficción española que más vende en los últimos años. De su primer libro, Cómo hacer que te pasen cosas buenas (2018), se han vendido más de 350.000 ejemplares en más de cuarenta países. Además “y sobre todo”, atiende a sus pacientes en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas y ha fundado el proyecto ilussio, sobre las emociones, motivación y estrés en la empresa. Madrileña de 39 años, Rojas está casada y es madre de cuatro hijos.
La oxitocina y el cortisol son la pareja protagonista de su último libro. ¿En qué consisten? ¿Qué efectos tienen sobre nosotros?
El cortisol es una hormona muy importante del organismo que se activa en los momentos de estrés, amenaza, miedo o incertidumbre. Activa nuestro cuerpo y lo modifica en cuestión de segundos. Lo que ocurre es que el cerebro no distingue cuándo te está ocurriendo algo realmente o cuándo lo imaginas. Para él, el peligro es el mismo. Cuando estamos estresados, podemos tener problemas digestivos, respiratorios, dermatológicos… La oxitocina, sin embargo, es la hormona del apego, la del parto y la que se pone en marcha cuando existen vínculos afectivos con otras personas. Si eres capaz de activarla, disminuyen los niveles de cortisol.
A este respecto, usted ha contado una anécdota que le ocurrió cuando daba de mamar a uno de sus hijos… ¿Nos la recuerda?
Estaba con la lactancia de mi tercer hijo, cuando tuve que ir a una jornada médica. Salí de allí pronto porque tenía que volver a casa. Y en el parking, un tipo con muy mala pinta me pidió las llaves de mi coche. Me subí al vehículo, tuve un pico de cortisol y todos los síntomas de un ataque de pánico. Llamé a mi marido para contárselo, muy nerviosa. Pero al llegar a casa y empezar a dar de comer al bebé, me relajé. No entendía por qué estaba tan tranquila porque yo sabía que el cortisol tarda mucho en bajar. Entonces pensé: ‘¿Y si la oxitocina (de la lactancia) tuviera el poder de bajar el cortisol?’ Descubrí entonces que esta hormona del apego es capaz de reducir la sensación de miedo. Y es lo que llevo investigando estos últimos dos años.
¿Cómo identificamos a las ‘personas tóxicas’?
Yo no creo que haya ‘personas tóxicas’, sino gente que nos intoxicamos de cortisol solo con pensar en ellas. Aunque unas de otras son diferentes, tienen algunos puntos en común: siempre dicen que ‘no’ a todo, son poco agradecidas, van de víctimas, son envidiosas (sufren con la alegría de otros y para sentirse bien tienen que criticar mucho), son amargadas (te quitan la luz y la ‘chispa’ que llevas dentro), te juzgan, te manipulan (y llevan a su terreno), son dependientes…
¿Por qué debemos alejarnos?
Porque nos hacen enfermar (psíquica y físicamente y nos cambian el carácter). Tenemos que preguntarnos: ‘¿Qué sensación se produce en mi cuerpo al estar con esa persona?’ ¿Me envidia? ¿Es un rebelde? Nadie es tóxico desde siempre y hay un momento dado en el que sucede algo (te juzga, te altera…). Lo que debemos hacer, como dice mi padre, es ponernos el ‘impermeable psicológico’ y no permitirles que nos hieran. ¡No hay que darles tanto poder ni dejar que nos inflamen o afecten nuestro intestino!
¿Y qué ocurre si estas personas que nos intoxican viven bajo nuestro mismo techo o forman parte de nuestra familia?
Son unas situaciones muy graves y complicadas. Hay que aprender a gestionarlas y ver hasta qué punto puedo mantener distancia.
Por el contrario, ¿quiénes son las ‘personas vitamina’?
Las que nos hacen felices, no nos juzgan y nos sacan del estado de alerta en cuestión de segundos. Las que disfrutan de tus alegrías incluso más que tú. Y a las que les importa si tu entrevista de trabajo ha funcionado, tu cita ha ido bien o las pruebas médicas de tu hijo han sido positivas. ¡Hay que saber elegirlas y rodearnos de estas personas! ¡No tienen precio!
Antes hablaba de cómo el cortisol nos hace enfermar y de la relación entre cuerpo y mente…
Es un tema maravilloso y apasionante. Se ha visto que muchos pacientes con enfermedades digestivas (colon irritable, gastritis…) habían sufrido ansiedad, depresión… Junto con una amiga internista, hicimos una investigación de la heces. Se ha demostrado que el estrés mantenido genera inflamación. Y que hay probióticos que bajan la inflamación y generan bienestar. Sería bueno que el psiquiatra estuviera en relación con el especialista de digestivo para mejorar una depresión o un colon irritable. Cuando se unen, el cambio es brutal y mejora muchísimo la calidad de vida del paciente.
“Hay que prevenir en salud mental igual que con el cáncer de mama”
Psiquiatras y psicólogos coinciden en que, desde que comenzó la pandemia, la salud mental ha caído en picado…
Estamos desbordados y no tenemos horas para atender a los pacientes. Hay muchos suicidios. Ayudamos y hacemos un seguimiento pero ¡estamos en modo supervivencia! Lo que ocurre es que la gente solo acude a las consultas cuando está muy mal. En salud mental, habría que hacer prevención, como ocurre con la salud física, con los programas de cáncer de mama, colon, pulmón… En las universidades, entre los políticos, habría que enseñar esto. Quizá, la pandemia se hubiera gestionado de otro modo.
Hemos vivido sin abrazos…
En el momento de más cortisol, no pudimos compensarlo con la oxitocina. Los expertos dicen que los abrazo de ocho segundos, como mínimo, tienen la capacidad de bajar el estado de alerta rápidamente porque activan la oxitocina. Fuente: https://marianrojas.com/entrevista-en-el-diario-de-navarra-las-personas-vitamina-disfrutan-de-tus-alegrias-incluso-mas-que-tu-mismo/